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Catalogo de Terapias Alternativas y Complementarias.

martes, 27 de agosto de 2013

Trabajando los Chakras

Importancia de reparar los chakras en la sanación de las adicciones

Los chakras son distribuidores cruciales de fuerza de vida que aseguran nuestra habilidad de mantener nuestras vidas equilibradas e integradas, particularmente en nuestras relaciones. Cualquier cosa que vaya mal con los chakras puede causar desequilibrios e infelicidad. En el caso de las adicciones, muchas veces es difícil saber qué ocurrió primero, si el bloqueo de los chakras o el abuso de la sustancia. Algunas veces los traumas de la infancia crean problemas en los chakras que después conducen a las adicciones.

Sin embargo, las sustancias adictivas por sí mismas dañan el sistema de chakras, el cual debe ser reparado si la persona desea vivir una vida feliz. Cuando la persona simplemente abandona la adicción pero no desbloquea los chakras, hay un gran peligro de que el dolor del aislamiento y el bloqueo en el flujo energético puedan resultar demasiado pesados para la persona, de forma que retornará a la adicción para aliviar el dolor. Este es el motivo por el cual hay tantas recaídas y los adictos y quienes conviven con ellos se desaniman. Los ejercicios que siguen ayudan específicamente a desbloquear y limpiar los chakras. Por favor, ten en cuenta que la limpieza es un proceso y puede ser que tengas que repetirlo muchas veces, conforme se alcanzan nuevas capas que deben ser sanadas. Sin embargo, es muy accesible para cada uno de nosotros y las recompensas son grandes en términos de mayor energía vital y mejores relaciones.

lunes, 5 de agosto de 2013

Prana y cuerpo pránico


"Cada ser vivo posee prana; esta energía tiene influencia 
en el agua, en el sol, en el aire, en los alimentos, 
y circula por nuestro cuerpo.

Todos los seres humanos pueden aumentar esta fuerza 
cósmica cuando quieren, mediante la respiración 
y los ejercicios respiratorios del Yoga."

Mataji Indra Devi


Prana

El prana es el principio mismo de la vida. Todo ser viviente, desde los hombres a las amebas, está cargado de esta energía vital.

En el ser humano, posibilita todas las funciones orgánicas y psíquicas. Su equilibrio es sinónimo de salud, y su desequilibrio trae aparejada la enfermedad.

Como esta energía existe en el aire en forma de fluido, al poder manejar en forma consciente el movimiento de los pulmones u órganos respiratorios –mediante la respiración yóguica-, se la puede controlar. Al hacerlo, también se puede controlar la mente, que está amarrada al prana a igual que un pájaro a una cuerda.
Cuerpo pránico y centros de energía

El ser humano posee un cuerpo pránico o energético constituido por una tupidísima red de canales –o nadis- por los cuales circula la energía y un cierto número de centros de acumulación, transformación y redistribución de la energía llamados chakras (ruedas) o padmas (lotos), de forma circular y que están en continuo movimiento.

Además de la triple función de acumuladores, transformadores y distribuidores de prana, los chakras constituyen los principales centros de conciencia, por el simple hecho de poseer mayor cantidad de prana y servir de puentes de enlace entre las envolturas sutiles (cuerpo pránico) y el cuerpo físico.

Los nadis se corresponden con los nervios y vasos sanguíneos y los chakras con los plexos nerviosos, siendo estos órganos los eslabones que unen el prana con nuestro cuerpo físico. Los tres nadis principales corren paralelos a la columna vertebral; ellos son: sushumna o central, ida y pingala. Estos últimos nacen en el chakra muladhara y ascienden cruzándose por los chakras hasta el ajña. El nadi sushumna también sale del muladhara pero, a diferencia de los anteriores, asciende hasta sahasrara en forma recta atravesando en su camino todos los chakras.

Los chakras, en su papel de transformadores de energía pránica, se encargan de convertir ésta en energía psíquica y fisiológica. En su función de distribuidores, regulan su empleo por medio de nadis, a la vez que abren al ser humano o microcosmos hacia los correspondientes niveles del mundo cósmico o macrocosmos.