En el mundo espiritual es frecuente encontrar corrientes que rechazan el mundo material y se focalizan en el espíritu. La comida, el cuerpo, el dinero y el sexo son percibidos como algo pernicioso y detestable, y su ideal más elevado es la huida a paraísos espirituales donde alcanzar el Nirvana. Pues bien, esas viejas y trasnochadas filosofías son erróneas. Primero, porque el mundo en que vivimos es dual y nadie puede situarse en un solo polo, ya que el otro necesita también manifestarse, y si no lo hace de forma consentida y consciente, saldrá distorsionado en forma de sombre. Por otro lado, al espíritu no se puede llegar sin el cuerpo y éste ha de ser considerado y cuidado debidamente, pues de lo contrario enfermaría y entonces no serviría de vehículo para llegar al espíritu y realizar lo que éste ha venido a hacer. Además nada es malo o bueno en sí mismo, y el mundo material es una herramienta al servicio del alma. Tanto los que reniegan del mundo material como los que se sienten compulsivamente apegados a él están a la misma altura, pues viven desconectados de la Tierra como Gran Madre. Parece que tienen ceguera, pues ninguno de los dos puede percibir a Dios en cada manifestación de la naturaleza. Los desapegados, por negar a Gaia rechazando lo femenino en ellos mismo (El principio femenino del mundo, la Diosa, es la Tierra, la capacidad de nutrir, de sentir, de entregarse), y los excesivamente apegados, porque al coronar al señor Dinero como rey Supremo de su universo son incapaces de vivir la naturaleza y la Tierra como un ser vivo, y normalmente la agreden y le exigen más de lo que ella puede dar, sin agradecérselo en absoluto.Este chakra está conectado a la tierra y a todo lo que procede de ella. Comer de una forma sana y equilibrada, hacer ejercicio, dormir bien, expresar lo que se necesita y luchar por ello, y ganar dinero para vivir de acuerdo a las propias necesidades son los aspectos más fundamentales de una chakra basal sano.
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